La casquería, con sus sabores intensos y texturas únicas, ha sido una parte fundamental de la gastronomía tradicional en muchas culturas. Aunque durante mucho tiempo fue vista como un tipo de cocina «humilde», hoy en día está viviendo un renacimiento en la alta cocina y en las mesas más modernas.

Parte de su atractivo radica en la capacidad de cada pieza para ofrecer una experiencia gastronómica distinta, y un maridaje adecuado puede elevar aún más estos sabores tan singulares.

En este post, exploraremos cómo maridar los platos de casquería con vinos, cervezas artesanales y cócteles, para realzar su perfil gustativo y proporcionar una experiencia gastronómica completa.

VINOS

Hígado (de ternera, cerdo o pollo)

El hígado tiene un sabor fuerte, mineral y un poco amargo, lo que requiere un vino con cuerpo que pueda equilibrar estos matices.

  • Vino tinto envejecido: Un tempranillo o un cabernet sauvignon envejecido en barrica es ideal para el hígado de ternera. Estos vinos tienen un cuerpo robusto y una buena estructura tánica que se mezcla bien con la intensidad del hígado.
  • Oporto: Para hígado de pollo o cerdo, más suave que el de ternera, un vino de Oporto dulce es un buen complemento, ya que su dulzura puede equilibrar el amargor del hígado.

Riñones

Los riñones tienen un sabor pronunciado y terroso, a menudo cocinados en salsas con vino o mostaza, por lo que el maridaje debe ser capaz de igualar su intensidad.

  • Vino blanco seco: Un chardonnay sin barrica o un sauvignon blanc son perfectos para contrarrestar la potencia de los riñones, ya que sus notas frescas y ácidas complementan las texturas grasas y las salsas
  • Vinos tintos ligeros: Un pinot noir puede ser una opción sutil para riñones cocidos con ingredientes más ligeros, como hierbas o verduras.

Callos

Los callos, especialmente cuando se cocinan con embutidos como chorizo o morcilla, tienen una textura gelatinosa y un sabor que puede variar desde suave hasta bastante intenso.

  • Vinos tintos robustos: Los riojas o ribera del Duero combinan bien con la riqueza de los callos, en especial en preparaciones con salsas picantes o con embutidos fuertes.
  • Vinos con crianza: Un tinto con barrica, que aporta sabores tostados y especiados, también es ideal para platos de callos que requieren tiempo de cocción lenta.

CERVEZAS ARTESANALES

Mollejas

Las mollejas tienen un sabor suave, cremoso y delicado, lo que las hace perfectas para un maridaje con cervezas artesanales que no opaquen su sabor.

  • Cerveza de trigo (Weissbier): Su ligereza, con notas cítricas y afrutadas, es perfecta para las mollejas fritas o a la plancha, complementando su textura crujiente por fuera y tierna por dentro.
  • Pale ale: Para preparaciones más intensas, como mollejas guisadas, una pale ale con un toque amargo y lupulado es un excelente contrapunto a la riqueza de las mollejas.

Manitas de cerdo

Las manitas de cerdo, gelatinosas y ricas en colágeno, son un manjar intenso y graso que requiere una cerveza con cuerpo.

  • Stout o Porter: Estas cervezas oscuras con notas de café, chocolate y caramelo ofrecen un contraste maravilloso con las manitas de cerdo. Su amargor suave y cuerpo denso complementan la textura gelatinosa del plato.
  • Belgian Dubbel: Una cerveza belga, con un perfil maltoso y ligeramente dulce, también puede maridar bien con las manitas, añadiendo una capa de complejidad.

Lengua

La lengua tiene una textura firme y un sabor profundo, especialmente cuando se cocina estofada o con salsas ricas.

  • Amber ale: Con sus notas caramelizadas y equilibrio entre dulzor y amargor, la amber ale es un buen acompañante para la lengua estofada o guisada.
  • Cerveza tipo Bock: Este tipo de cerveza alemana, oscura y dulce, es perfecta para platos de lengua con salsas reducidas o preparaciones más elaboradas.

CÓCTELES

Sesos

Los sesos tienen una textura suave y cremosa, con un sabor delicado que puede beneficiarse de cócteles ligeros y frescos.

  • Gin tonic: La frescura y la ligera amargura del gin tonic hacen un maridaje perfecto para contrarrestar la textura cremosa de los sesos, añadiendo un toque de sofisticación.
  • Margarita: Un cóctel de margarita con su equilibrio ácido y ligeramente dulce también es una gran opción para platos de sesos preparados con cítricos o salsas ligeras.

Criadillas

Con su sabor fuerte y textura firme, las criadillas son uno de los productos más intensos de la casquería.

  • Bloody Mary: Este cóctel salado y especiado es un maridaje interesante para las criadillas, sobre todo si se preparan a la parrilla o con salsas picantes.
  • Negroni: Un Negroni, con su amargor y toques herbales, puede complementar muy bien las criadillas y ayudar a cortar la grasa en platos más intensos.

Corazón

El corazón tiene un sabor fuerte, similar al filete, pero con una textura más densa, lo que lo convierte en una excelente opción para cócteles con sabor pronunciado.

  • Old fashioned: La combinación de whisky, azúcar y amargos en un Old Fashioned es perfecta para equilibrar el sabor intenso del corazón a la parrilla o estofado.
  • Whisky sour: Un Whisky Sour, con su equilibrio entre ácido y dulce, también puede acompañar platos de corazón marinados o a la parrilla.

La casquería, con sus múltiples matices, puede parecer un desafío para el maridaje, pero con la bebida adecuada, cada plato puede transformarse en una experiencia gastronómica única. Tanto los vinos, las cervezas artesanales, como los cócteles ofrecen una amplia gama de posibilidades para acompañar estos manjares. Al probar diferentes combinaciones, descubrirás nuevas formas de disfrutar estos cortes tan especiales

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